CONVIERTIENDO A MIS ENEMIGOS EN AMIGOS
Se cuenta que cierto emperador chino, cuando le avisaron que
en una de las provincias de su imperio había una insurrección, dijo a los
ministros de su gobierno y a los jefes militares que lo rodeaban: "Vamos.
Seguidme. Pronto destruiré a mis enemigos."
Cuando el emperador y sus tropas llegaron a donde estaban
los rebeldes, él trató afablemente a éstos, quienes, por gratitud, se
sometieron a él de nuevo.
Todos los que formaban el séquito del emperador pensaron que
él ordenaría la inmediata ejecución de todos aquellos que se habían sublevado
contra él; pero se sorprendieron en gran manera al ver que el emperador trataba
humanitariamente y hasta con cariño a quienes habían sido rebeldes.
Entonces el primer ministro preguntó con enojo al emperador:
¿De esta manera cumple vuestra Excelencia su promesa? Dijisteis que veníamos a
destruir a vuestros enemigos. Y los habéis perdonado a todos, y a muchos hasta
con cariño los habéis tratado.
Entonces el emperador, con actitud generosa, dijo: Os
prometí destruir a mis enemigos; y todos vosotros veis que ya nadie es enemigo
mío: a todos los he hecho mis amigos.
El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; Y amigo
hay más unido que un hermano. Proverbios 18:24+
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